(Textos y fotos tomados de otro Blog)
Juan Carlos "Tata" Cedrón y Julio Cortázar
Basta ya de ayer,
dale rienda al hoy,
cancha libre al corazón.
Dale, despertá
de esta oscuridad,
en tus manos está el sol.
Julio Cortázar
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"El cantor, guitarrista y compositor Juan “Tata” Cedrón se exilió en Francia en 1974 y forjó con el escritor Julio Cortázar una entrañable amistad. En esta nota recordamos anécdotas, el cuento que Julio le dedicó y el álbum Trottoirs de Buenos Aires que grabaron juntos
Todavía en esas callecitas detrás de La Bastilla donde vivió la familia Cedrón en París, resuenan los compases tangueros y el bullicio de las trasnochadas conversaciones porteñas; también se adivina el aroma a empanadas caseras que inundaba el departamento de dos ambientes. De la misma forma las huellas del escritor Julio Cortázar permanecen en el Sena, en los puentes, galerías y pasajes que son escenarios de Rayuela. El exilio juntó a Juan “Tata” Cedrón y al Cronopio allá por los años setenta.
El Tata, cantor, guitarrista, compositor, creador del mítico Cuarteto Cedrón, había conocido a Julio en 1972, antes de radicarse en París, lo fue a ver de parte de Paco Urondo, amigo de ambos. Sus compañeros le habían pedido que desde Francia el escritor ayudara a que se editaran textos de Rodolfo Walsh y de Juan Gelman, para que esa visibilidad los protegiera si les pasaba algo. En ese entonces la compañera de Julio era Ugné Karvelis que trabajaba en editorial Gallimard y conocía a muchos escritores.
Desde 1974, cuando el Tata se radicó en Francia, forjó con Cortázar una entrañable amistad; los dos se admiraban, se querían y se contuvieron hasta la muerte de Julio en febrero de 1984, en ese París que los cobijaba en el desgarro del exilio. El Tata, como tantos otros artistas e intelectuales llegó exiliado por razones políticas, vivió 30 años en Francia, editó más de 30 discos y recorrió Europa con el tango.
Trottoirs de Buenos Aires
A Cortázar no sólo le gustaba el jazz, también disfrutaba a Aníbal Troilo, Osvaldo Pugliese y a Horacio Salgán. Julio iba las noches en que actuaba el Cuarteto Cedrón en La Gaîté de Montparnasse, el escritor también cantaba y les pedía que le tocaran tangos viejos, como los de Carlos Gardel.
El Tata Cedrón ya había hecho música con Cortázar, el tango “Canción sin verano”, y recibió con gran alegría la propuesta de realizar Trottoirs de Buenos Aires (Veredas de Buenos Aires). El álbum se grabó en 1980 con poemas del escritor, música de Edgardo Cantón, voz de Juan Cedrón y una orquesta integrada por Juan José Mosalini, Roberto Caldarella y César Stroscio.
El tono cálido y potente de la voz del Tata se conjuga con esa poesía melancólica, con pinceladas del lunfardo y porteñismos del Cronopio. Una comunión literaria y musical que selló para siempre esa amistad que comenzó a orillas del Sena, y creció en las trasnochadas conversaciones en ese departamento en La Bastilla, entre empanadas, vino tinto y melodías de arrabal."
Analía Ávila, Agencia Paco Uraondo, 30-Sep-2019 - Ver nota completa
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