martes, 30 de abril de 2019

Cronopios (Nota)





Julio Cortázar: la verdadera historia del nacimiento de los cronopios, famas y algunas esperanzas / "Historias de Cronopios y de Famas" (fragmento)
"… de dónde venían no lo sabré nunca. Las circunstancias son las que ya he contado alguna vez, pero creo que es bueno repetirlas. 

Esto pasó poco tiempo después de mi llegada a Francia. 

Yo estaba una noche en el teatro des Champs Elysées, había un concierto que me interesaba mucho, yo estaba solo, en lo más alto del teatro porque era lo más barato. Hubo un entreacto y toda la gente salió, a fumar y demás. Yo no tuve ganas de salir y me quedé sentado en mi butaca, y de golpe me encontré con el teatro vacío, había quedado muy poca gente, todos estaban afuera. 

Yo estaba sentado y de golpe vi (aunque esto de ver no sé si hay que tomarlo en un sentido directamente sensorial o fue una visión de otro tipo, la visión que podés tener cuando cerrás los ojos o cuando evocás alguna cosa y la ves con la memoria) en el aire de la sala del teatro, vi flotar unos objetos cuyo color era verde, como si fueran globitos, globos verdes que se desplazaban en torno mío. Pero, insisto, eso no era una cosa tangible, no era que yo los estuviera "viendo" tal cual. Aunque de alguna manera sí los estaba viendo. Y junto con la aparición de esos objetos verdes, que parecían inflados como globitos o como sapos o algo así, vino la noción de que esos eran los cronopios. La palabra vino simultáneamente con la visión.

Sobre esa palabra muchos críticos se han partido las meninges porque han buscado por el lado del tiempo, de Cronos, para ver si había una pista metafísica. No, en absoluto; es una palabra que vino por pura invención conjuntamente con las imágenes. (…) 

Esa pequeña visión que yo había tenido y además el nombre de cronopios -que me gustó mucho- siguió obsesionándome. Y entonces empecé a escribir las primeras historias. Y de la misma manera aparecieron las imágenes -pero no tan definidas como las de los cronopios- de los famas y de las esperanzas. Esas imágenes, ya, fueron sacadas, fueron inventadas como contraposición de los cronopios, y las esperanzas juegan un papel intermedio. Pero yo no tenía una idea de quiénes eran y cómo eran. (…) llegó un día en que yo ya los veía con suficiente claridad como para empezar a escribir historias más definidas. 

Creo que a partir de entonces hay una coherencia. Porque al principio hay cosas muy contradictorias en relación con su conducta. Pero a mí me pareció bien darle el conjunto del trabajo al lector, para que él hiciera un poco el mismo camino".


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